Historia del Estadio El Campín

Fue Jorge Eliécer Gaitán, alcalde de Bogotá en 1934, quien promovió la construcción del recinto deportivo en terrenos donados por la familia Camacho, una de las más prestantes de la capital en esa época. Con un aforo inicial para 23,500 espectadores, El Campín jalonó el desarrollo de la capital hacia el noroccidente de la sabana, en un sector que en el momento era de potreros, colindante con una línea del ferrocarril y vecino del hipódromo de Bogotá.

El proyecto respondía a la necesidad de un espacio moderno para la práctica y espectáculo del fútbol, que ya había comenzado a ganar popularidad en la ciudad. La ubicación estratégica en Teusaquillo, entonces en las afueras de Bogotá, permitiría el crecimiento futuro del estadio y de la zona circundante.

El Estadio Nemesio Camacho El Campín fue inaugurado oficialmente el 10 de agosto de 1938, con un partido entre los equipos locales. El nombre "El Campín" proviene de la zona donde se construyó, conocida popularmente con ese nombre. El estadio fue nombrado en honor a Nemesio Camacho, quien había donado los terrenos para su construcción.

La estructura inicial contaba con graderías de concreto en tres de sus lados, con capacidad para aproximadamente 23,500 espectadores. El diseño arquitectónico reflejaba las tendencias de la época, con una estética funcional y moderna que se convertiría en un referente para la infraestructura deportiva del país.

El gran impulso del estadio capitalino se dio con el inicio del torneo profesional de fútbol en 1948 y el casi inmediato surgimiento de la época de El Dorado, cuando nuestras canchas se llenaron con estrellas internacionales de primer nivel, provenientes de Argentina, Uruguay, Perú, Costa Rica e incluso algunos países europeos como Inglaterra y Hungría.

Esta época dorada del fútbol colombiano transformó a El Campín en un escenario de clase mundial. Jugadores como Alfredo Di Stéfano, Héctor Rial, y otros grandes nombres del fútbol internacional desfilaron por el estadio, atrayendo multitudes y consolidando el fútbol colombiano en el panorama internacional. El estadio se convirtió en el epicentro del fútbol en Colombia durante esta década.

Tan masivo fue el fenómeno que el escenario de la calle 57 debió ser rápidamente ampliado, llegando a una capacidad de 45,000 espectadores en el año de 1951. Esta primera gran ampliación respondía a la creciente demanda de aficionados que querían presenciar los partidos de la época dorada.

Las obras incluyeron la construcción de nuevas graderías y la mejora de las instalaciones existentes. El estadio comenzó a tomar la forma que mantendría durante décadas, convirtiéndose en un símbolo del crecimiento y la modernización de Bogotá.

Doce años después, se construyó una gradería adicional para subir el aforo a más de 60,000 fanáticos. Esta expansión reflejaba la consolidación del fútbol como el deporte más popular de Colombia y la necesidad de acomodar a una base de aficionados en constante crecimiento.

El estadio alcanzó su máxima capacidad histórica durante este período, estableciéndose como el recinto deportivo más grande e importante del país. Las mejoras incluyeron no solo más asientos, sino también mejoras en la infraestructura de servicios y accesos.

A partir de 1967, El Campín quedó habilitado para juegos nocturnos con la adecuación del sistema de iluminación artificial. Esta modernización permitió que los partidos se pudieran realizar en horarios más convenientes para los aficionados y abrió la posibilidad de eventos nocturnos de todo tipo.

La iluminación artificial marcó un antes y un después en la historia del estadio, permitiendo una mayor flexibilidad en la programación de eventos y mejorando la experiencia visual tanto para los asistentes como para las transmisiones televisivas que comenzaban a ser más comunes.

A principios del siglo XXI, El Campín fue sede de la Copa América 2001, uno de los torneos más importantes del continente. Este evento internacional puso al estadio en el centro de atención del fútbol sudamericano y demostró su capacidad para albergar competencias de alto nivel.

Durante este período, el estadio también fue escenario de importantes partidos de las eliminatorias mundialistas y de la selección colombiana, consolidando su estatus como el recinto deportivo más importante del país.

Durante la década de 2010, El Campín continuó siendo el estadio principal de Bogotá, albergando los partidos de Millonarios e Independiente Santa Fe, los dos equipos más importantes de la capital. El estadio también se convirtió en un importante escenario para conciertos y eventos culturales, expandiendo su función más allá del fútbol.

Se realizaron mejoras menores en las instalaciones, incluyendo actualizaciones en los sistemas de sonido, pantallas de video, y mejoras en los servicios para los asistentes. Sin embargo, quedó claro que el estadio necesitaba una renovación más profunda para mantenerse a la altura de los estándares internacionales modernos.

En la actualidad, El Campín está en proceso de una transformación histórica que modernizará completamente sus instalaciones. El proyecto de renovación busca actualizar el estadio a los estándares internacionales más modernos, mejorando la experiencia de los asistentes y asegurando que el recinto siga siendo el corazón del fútbol bogotano por muchas décadas más.

A pesar de los cambios y modernizaciones, El Campín mantiene su esencia como el estadio más emblemático de Bogotá, un lugar donde se han escrito páginas importantes de la historia del fútbol colombiano y donde millones de aficionados han vivido momentos inolvidables.